Oración en Viernes Santo.
Señor Jesús, Divino Crucificado,
junto a la Virgen Madre Dolorosa,
junto a tu discípulo amado,
junto a tus discípulas fieles,
estamos al pie de tu cruz para adorarte,
pues por medio de ella,
has traído la redención al mundo entero.
Nuestro silencio adorante quiere ser hoy
la mejor y más bella de las oraciones pronunciadas;
hoy más que poetas somos creyentes arrepentidos;
hoy te decimos gracias por amarnos como somos.
Tú, Divino Crucificado, sabes mejor que nadie
lo que hemos hecho en nuestras vidas;
Tú, mejor que nadie, sabes por qué lo hemos hecho.
Sólo acertamos a bajar la cabeza y decir: perdón.
¡Cómo quisiéramos no volver a pecar!
¡Cómo quisiéramos no hacerte sufrir
haciendo sufrir a nuestros semejantes!
¡Cómo quisiéramos permanecer
santos e inmaculados por el amor!
Permítenos, oh Divino Señor Crucificado,
como a Nicodemo y a José de Arimatea,
llevarnos tu Santísimo cuerpo,
no para sepultarlo en nuestro corazón,
sino para que reposando en él,
te puedas manifestar glorioso,
con nuestras obras y palabras. Amén.
Pbro. Cándido Contreras Ochoa