En el marco de su cuatricentenario, Timotes se convirtió en escenario para la celebración del 1er Campamento Nacional de Monaguillos, desde el viernes 09 hasta el domingo 11 de agosto, con la participación del Cardenal Baltazar Porras Cardozo, Arzobispo de Mérida y Administrador Apostólico de Caracas y la presencia de unos 300 monaguillos participantes venidos de Mérida, Caracas, Trujillo y Acarigua.
Los monaguillos son en la iglesia un apoyo importante para el sacerdote, en especial, para el oficio litúrgico en el servicio del altar; en la Arquidiócesis de Mérida son un gran número de niños, adolescentes y jóvenes que prestan este servicio en las diferentes parroquias, desde hace años, y con trabajo y acompañamiento de la Hermana Teresita, se había venido realizando el encuentro arquidiocesano de monaguillos, el cual lograba reunir siempre un número grande y representativo, dando grandes frutos para la iglesia merideña. Pero la hermana Teresita siempre quiso algo más, ella soñaba con un acompañamiento más personalizado, por ello planteó que se hicieran unos campamentos de verano o vacacionales por edades. Luego del regreso de la hermana a su natal España, los encuentro de monaguillos se continuaron realizando, pero siempre con la idea de hacer algo más grande.
Para este 2019, con la iniciativa de un grupo de monaguillos de Timotes, se logró organiza el 1er Campamento Nacional de Monaguillos, bajo el lema “Servidores del altar, corazones de esperanza, protagonistas de la historia”.
El campamento estuvo marcado por la alegría y el entusiasmo que estos pequeños participantes imprimieron al encuentro, todo comenzó el viernes 09 donde fueron llegando las diferentes delegaciones en el transcurso del día, a los cuales se les hizo su respectivo registro y distribución en 6 grupos de acuerdo a su edad, con la bienvenida y animación de los jóvenes de las Obras Misionales Pontificias (OMP), la presencia del Sr Cardenal Baltazar Porras, y unos 300 monaguillos venidos de 18 parroquias de Mérida, junto a delegaciones de la Arquidiócesis de Caracas y de las Diócesis de Trujillo y Acarigua.
A final de la tarde del viernes, se celebró la eucaristía de apertura al campamento, la cual estuvo presidida por el Cardenal Baltazar Porras y concelebrada por algunos sacerdotes presentes, durante su homilía el Cardenal resaltó el testimonio de cada uno de los monaguillos, también pasaron algunos monaguillos a dar su testimonio de lo que es su servicio resaltado en palabras como servicio; alegría; sencillez; la cercanía de Dios; con un importante testimonio y participación de los monaguillos de Caracas.
Ya el sábado en horas de la mañana los monaguillos y sus acompañantes, participaron de una caminata recreativa y deportiva hasta la comunidad de El Paramito donde compartieron también un sancocho para luego regresar a lugar del encuentro. Al caer la tarde, los jóvenes de las OMP, animaron una fogata y ya en horas de la noche los monaguillos hicieron un homenaje al Cardenal, al monaguillo mayor, como muchos lo llaman, en este homenaje realizaron diferentes manifestaciones culturales que amenizaron el momento, la velada terminó con una partida de torta al Cardenal por sus 52 años de sacerdocio.
El domingo se partió en procesión a las 9:00 am para llegar a la Basílica, para celebrar la misa de clausura, en la cual el cardenal insistió mucho a los participantes la importancia de seguir siendo promotores de fe y esperanza en medio de estos momentos, y sobre todo animó a los más pequeños a ser testimonios de vida en medio de sus comunidades y de sus parroquias, a la vez les animó a tener un corazón lleno de esperanza y de alegría, y también los invitó a ser protagonistas de la historia. El cardenal también aprovecho el momento para agradecer a quienes organizaron este campamento, la eucaristía terminó con una gran procesión con la imagen de San Tarsicio, patrono de los monaguillos.
El Padre Gerardo Ramírez, asesor de la Pastoral Vocacional y de la Pastoral de monaguillos, afirmo que “esta experiencia ha de ser una experiencia motivadora para los participantes, en especial, para los más pequeños; esto también debe ser un incentivo para las diferentes parroquias a seguir participando de estas actividades y a apostar por los más pequeños, que desde su servicio nos enseñan a dar lo mejor de si a Dios”.